Ya es un hecho: voy a ir a Sevilla para prepararme las oposiciones. Al principio me supuso un leve shock, teniendo en cuenta que la academia original estaba a pocos minutos de casa. Pero al final creo que no va a estar tan mal por dos razones:
- La academia de Sevilla tiene más prestigio a la hora de preparar opositores para mi especialidad.
- Puedo llegar fácilmente en tren de media distancia, ya que las clases están a 10 minutos de la estación de tren más cercana. Ya he hablado con una persona que está en mi misma situación y que debe ir el mismo día que yo a Sevilla, por lo que podremos compartir coche y gastos.
Una vez más, y como siempre en la vida, cierro una etapa para iniciar otra. ¿Y qué etapa es la que cierro? La de profesor particular. Esta será mi última semana productiva desde el punto de vista lucrativo. Aún así, creo que será un alivio. Las clases particulares han supuesto una dedicación y un esfuerzo que han resultado estar muy mal pagados (e incluso infravalorados por los propios estudiantes –algo que no es ninguna novedad-).
No voy a quejarme (más) aquí de lo que han supuesto las clases. Enfrentarme a morosos, a informales, a alumnos que faltan cuando quieren, que no avisan, que toman decisiones extrañas respecto a la duración de las clases, alumnos que se tienen en muy alta estima y que “a pesar de ser buenos estudiantes van a clases particulares” aunque luego me demuestren a que apenas saben dónde están de pie. Esos alumnos que me dicen cómo tengo que dar la clase, así como lo que tengo que dar. Esos alumnos que, por pagarme un dinero ínfimo, se creen con derecho a todo (a estar todo el día a su disposición, a que les dé con mi barita mágica y que aprendan todo lo que no saben, a no hacer los deberes que les mando…). Todo esto será agua pasada el próximo viernes a las 11:30 h.
Precisamente, estoy escribiendo ahora este post ante la evidencia de que mi alumno jerezano me ha dado plantón.
- Sí, ése que ayer me pidió que hoy adelantáramos la hora de la clase a las 9 de la mañana.
- Sí, ése que quiere ser ingeniero –surfero.
- Sí, ése que no da un palo al agua.
- Sí, ése que es incapaz de hacer una mediatriz él solito.
- Sí, ése.
En fin (estoy todo el día diciendo “en fin”, con tal de no decir una barbaridad).
Feliz septiembre.
ACTUALIZACIÓN (14:40 h):
He ganado hoy 18€. Para ello, me he tragado mi orgullo y he sido víctima de un remordimiento que no debería tener. Os dije que no le daría clases al niño hoy y al final le dije que viniera a las 12. Le avisé con 15 minutos de antelación por sms: "Si quieres dar clase hoy, puedo de 12 a 2. Si no, nada."
Ah! Me dijo que se le había olvidado venir a clase a las 9, pero que estaba despierto. No sabe que whatsapp es un chivato y yo estoy muy loco. Mañana hemos quedado a las 9. Le he dicho que si le interesa, que venga. Si no, no habrá más clases. Si llega a las 9 y 10 no le abro la puerta. Y ha accedido. Ya veremos qué pasa mañana. Sí, mi vida es así de patética.
ACTUALIZACIÓN (14:40 h):
He ganado hoy 18€. Para ello, me he tragado mi orgullo y he sido víctima de un remordimiento que no debería tener. Os dije que no le daría clases al niño hoy y al final le dije que viniera a las 12. Le avisé con 15 minutos de antelación por sms: "Si quieres dar clase hoy, puedo de 12 a 2. Si no, nada."
Ah! Me dijo que se le había olvidado venir a clase a las 9, pero que estaba despierto. No sabe que whatsapp es un chivato y yo estoy muy loco. Mañana hemos quedado a las 9. Le he dicho que si le interesa, que venga. Si no, no habrá más clases. Si llega a las 9 y 10 no le abro la puerta. Y ha accedido. Ya veremos qué pasa mañana. Sí, mi vida es así de patética.