El otro día llegué a una conclusión inquietante y sombría: me siento solo en Londres. Es por ello que necesito hacer más amigos en esta ciudad. Sin saber cómo, la gente que he conocido hasta ahora (agarraos, que llega la lista):
- Han sido solo compañeros de trabajo, y en el trabajo anterior han quedado.
- La gente con la que medianamente establecí cierta amistad en mi antiguo barrio, se ha convertido en meros recuerdos, debido a la distancia que nos separa (Londres es inmenso, como suponéis) y a que nuestra relación no era profunda.
- Españoles que conocí en el Cervantes se han ido de Inglaterra, han cortado el contacto por decisión propia ("gente tóxica" que me ha hecho un favor esfumándose, todo hay que decirlo), o bien no tienen un horario compatible con el mío.
- Amigos que residen en Londres a intervalos, con los que es bastante difícil quedar.
Porque reconozco que no estoy interesado en tener más amigos virtuales. No os ofendáis, me alegráis el día en Twitter y por aquí, pero en mi situación echo en falta el contacto humano real. El estar lejos de la familia, amigos y pareja, todos ellos en España, hacen que valore lo que una persona de carne y hueso puede aportarle a uno.
Digamos que mi única interacción con gente en la vida real se da en el trabajo: compañeros y alumnos. Es curioso como antes no valoraba el placer de tomar un café té con alguien, el hablar de todo un poco en un ambiente ajeno a las presiones laborales. Pero me he dado cuenta de que lo necesito. Mi vida es solitaria. El tiempo que no estoy en el colegio estoy solo. Solo en mi cuarto y solo en el gimnasio y en la biblioteca, aunque esté rodeado de gente. Porque son gente, no personas. Lo siento, pero hoy no me puedo explicar mejor.
No quiero decir con esto que tenga un montón de tiempo libre. Durante la semana, tengo un ritmo frenético de obligaciones (reales e impuestas): trabajo,
estudios (wee), gimnasio, labores domésticas, etc. Llega el fin de semana y es ahí, a pesar de que suela tener trabajo y tareas pendientes, cuando más necesito tener a alguien a mi lado. ¡Y no estoy hablando de amor o sexo, solo amistad!
"Qué ñoño, el tío" dirán algunos. Seh.
La cosa es que me vi a mi mismo haciendo algo tan patético sorprendente como buscar en Google "hacer amigos en Londres". Y más sorprendente fue la cantidad de resultados que aparecieron. Parece que esta ciudad, como buena metrópoli que se precie, está repleta de gente sola. Di con un blog de un chaval español que también vive en Londres en el que ofrecía algunas alternativas. Me incliné por la que sugería asistir a alguno de los intercambios de idiomas (insisto, idiomas) que se ofrecen en esta ciudad constantemente.
Ya había ido a algunos en España, pero mucho más "familiares", con unas 20-25 personas como mucho. Me puse a buscar grupos de Facebook y otras webs inglesas y finalmente di con una que organizaba intercambios (
click, por si estáis en Londres y os interesa). Bueno, en realidad pedí información en varias y ésta fue la primera en ofrecérmela.
Así que, no sé cómo, acabé en Leicester Square el domingo pasado, haciendo cola en una discoteca que habilitaba una sala exclusivamente para el intercambio. ¡Resultó tan extraño! ¿Cómo algo así podía ser tan masivo? Encima había "happy hour" y las bebidas estaban a mitad de precio, por aquello de emborracharse ligeramente para despertar la sociabilidad hidratar la garganta de tanto charlar.
Al entrar te daban una pegatina en la que tenías que escribir tu nombre y los idiomas que hablabas y querías practicar. Por favor, era todo tan "grupo de ayuda"... Hasta ahí, bien. El problema era eso de aproximarse a la gente "por la cara", algo muy en plan "¿quieres hablar conmigo?". Nunca se me ha dado bien eso, ni siquiera en español.
El inicio fue catastrófico. Tras dar varias vueltas, agobiado, me decidí a abordar a un grupito de lo que resultaron ser suecas. Intenté iniciar una conversación pero no estaban muy interesadas, ni en mi ni en practicar español, así que a los 2 minutos de conversación en inglés una de ella me dijo "Bueno, pues adiós". FAN. Me retiré al otro extremo de la sala a mirar al infinito mientras me repetía que eso no era lo mío y que había sido un gran error ir. De hecho, me concentré en terminar mi bebida para irme.
Pero afortunadamente se me acercó un chico colombiano muy agradable que, imagino que ante la imagen patética que ofrecía solo rodeado de gente (hablando de imágenes recurrentes), me vino a dar charla. Me contó que estudiaba inglés y que había venido ya a algunos intercambios. Me sugirió que fuésemos juntos a la pista de baile a entablar charla con más gente. Le estaré eternamente agradecido a este chico siempre.
A partir de ahí, todo fue mucho más fácil. Charlé con eslovacos, estadounidenses, alemanes... y muchos españoles, que abundaba(mos)n por allí. Es curioso hablar con un paisano en inglés por deferencia al resto de la gente que te rodea para que todos puedan entender lo que dices. Estos españoles eran gente majísima que aprovechó para pedirme consejo, en "mi infinita sabiduría laboral". Claro que sí. Pero me sentí muy bien al poder ayudar (en persona, que no a través de Spaniards) a otros españoles a poder prosperar aquí, algo que no es fácil.
Me encantó que una francesita se acercase a mí y me diese un toquecito en el hombro mientra me miraba con ojos de corderito, preguntándome si quería hablar con ella. No sé si sus intenciones iban más allá de la charla inocente, pero fuera como fuera, me subió el ego que una chica guapa de 23 añitos y sola me "entrase". Recordemos que soy un carcamal de 30 años. Estuvimos charlando animadamente y, entre muchas otras cosas, me dijo que tenía que estudiar interpretación "porque soy muy expresivo". Qué linda ella.
Finalmente, solo le pedí el teléfono al colombiano. La francesita al final no pareció muy interesada y los españoles se apuntaron el mío corriendo, pero para contactarme si me necesitaban [sic]. El colombiano, muy amable, incluso me esperó a que fuese a buscar mi abrigo para irnos juntos. Pequeños detalles que me llegan porque ya he perdido la costumbre de recibirlos.
En resumen: me alegro de haber ido y espero volver. Ojalá esto se perfile como una manera de conocer gente interesante y hacer nuevos amigos reales. Ya veremos si finalmente sigo en contacto con el chico de Colombia o alguno de los españoles, pero por ahora, "que me quiten lo bailao".
Y vosotros, ¿cómo estáis? ¿Os habéis sentido así alguna vez? ¿Habéis hecho algo "desesperado" para conocer gente?
PD: Como ya pregunté y pocos respondieron en el
post anterior, ¿os gusta el formato vlog? ¿Queréis que "migre", que siga como está o que de vez en cuando suba vídeos? Me interesa vuestra opinión más de lo que creéis, y no solo porque sea un inseguro patológico.