sábado, 26 de noviembre de 2011
El sistema educativo de Finlandia y las maletas de cartón
Interesante vídeo que me ha hecho reflexionar. Conocía por el Máster algo del sistema educativo finlandés, considerado el mejor del mundo, pero acabo de ver este reportaje y he tenido que compartirlo con vosotr@s. A ver qué pensáis.
Escaso fracaso escolar, profesores bien formados y socialmente respetados, clases con profesores de apoyo... El finlandés tiene que ser complicado, y adaptarse al clima difícil... Bueno, igual no podría llegar a la altura de esos "super-profesores", pero no descarto nada. Y, por otra parte, fantasear no está mal cuando la idea "peregrina" de emigrar no es tan horrible.
Precisamente, "El País" publicó hace más de un año (2-10-10) un artículo de Concha Caballero titulado "Las ilusiones perdidas" y que os dejo aquí (si preferís el link, es éste: click):
«No se van en trenes con maletas de cartón pero llevan sus bienes más preciados: un portátil, un móvil de última generación regalado por un familiar o conseguido a base de una lucha de puntos sin cuartel. Suelen tomar un vuelo de bajo coste, cazado pacientemente en las redes de Internet. Se van a hacer un máster, o han logrado una mal llamada beca Erasmus que costará a la familia la mitad de sus ahorros. Otras veces van a hacer de au-pair, de auxiliar de conversación, o a cualquier trabajo temporal. La familia va a despedirlos a la puerta de embarque y mientras se alejan disimularán unos su pena y otros su incipiente desamparo. "Es por poco tiempo -se dicen-. Dominarán el idioma, conocerán mundo... Regresarán en pocos meses".
Hasta hace poco era un privilegio de los nuevos tiempos que les permitía gozar de una libertad sin límites, de un mundo sin fronteras, de una capacidad casi infinita de aprendizaje...
Hasta que llegó la crisis y la maleta pareció distinta, la espera en la fila de embarque más embarazosa, la despedida más triste y el fantasma de la ausencia definitiva más cercano.
No. No llevan maletas de cartón, ni hay aglomeraciones en el andén de la despedida. No se marchan en grupo, sino uno a uno. Aparentemente nada les obliga. Ha sido una cadena invisible de acontecimientos. Estuvieron allí hace unos años, o tienen una amiga que les ha informado de que puede encontrar algún trabajo con facilidad. No pagarán mucho, eso es seguro, pero podrán ganarse la vida con cierta facilidad... A fin de cuentas aquí no hay nada.
Y se marchan poco a poco, sin alboroto alguno. Un goteo incesante de savia nueva que sale sin ruido de nuestro país, desmintiendo la vieja quimera de que la historia es un caudal continuo de mejoras.
No hay estadísticas oficiales sobre ellos. Nadie sabe cuántos son ni adonde se dirigen. No se agrupan bajo el nombre oficial de emigrantes. Son, más bien, una microhistoria que se cuenta entre amigos y familiares. "Mi hija está en Berlín", "se ha marchado a Montpellier", "se fue a Dubai" son frases que escuchamos sin reparar en el significado exacto que comportan. Escapan a las estadísticas de la emigración porque suelen tener un nivel alto de estudios y no se corresponden con el perfil típico de lo que pensamos que es un emigrante. Quizá en las cuentas oficiales figuren como residentes en el extranjero, pero deberían aparecer como nuevos exiliados producto de la ceguera de nuestro país.
En los tiempos de crisis que detallan cada euro gastado nadie computa los centenares de miles de euros empleados en su formación y regalados a empresarios de más allá de nuestras fronteras con una torpeza sin límites, con una ignorancia sin parangón. Menos aún se cuantifican el esfuerzo de sus familias, las ilusiones perdidas y sus sueños rotos en mil pedazos.
No llevan maletas de cartón, pero componen un nuevo éxodo que azota especialmente a Andalucía, que dispersa a nuestros jóvenes por toda Europa y gran parte del mundo, que nos priva de su saber, de su aportación y de su compañía. Pero, aparentemente nadie se escandaliza por esta fuga de cerebros, lenta pero inexorable, que nos privará de muchos de nuestros mejores talentos. Nadie protesta por esta nueva oleada de exiliados que son una acusación silenciosa del fracaso y de engaño. Se van en silencio por el túnel de embarque en el que les alcanzará la melancolía por la pérdida temprana de su tierra.
No son, como dicen, una generación perdida para ellos mismos.
No son los socorridos ni-nis que sirven para culpar a la juventud de su falta de empleo. Son una generación perdida para nuestro país y para nuestro futuro. Un tremendo error que pagaremos muy caro en forma de atraso, de empobrecimiento intelectual y técnico. Aunque todavía no lo sepamos.»
Se veía venir algo que a día de hoy es una realidad. Espero no tener que tomar esa decisión, pero si el momento llega tengo menos miedo que hace unos años a aventurarme a cruzar la frontera.
domingo, 20 de noviembre de 2011
Espero que todo esto sea un sueño comatoso tipo Nobita/Doraemon
Preocupado me hallo.
¿Cuestión de nombre? ¿Really?
En primer lugar, veamos el Código Civil, Libro I, Título IV, Capítulo II. Del matrimonio;
El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código.
Código Civil, Libro I, Título VII, Capítulo V. De la adopción. Sección Segunda, Artículo 175:
1. La adopción requiere que el adoptante sea mayor de veinticinco años. En la adopción por amboscónyuges basta que uno de ellos haya alcanzado dicha edad. En todo caso, el adoptante habrá de tener, por lo menos, catorce años más que el adoptado. […]
4. Nadie puede ser adoptado por más de una persona, salvo que la adopción se realice conjunta o sucesivamente por ambos cónyuges. El matrimonio celebrado con posterioridad a la adopción permite al cónyuge la adopción de los hijos de su consorte. En caso de muerte del adoptante, o cuando el adoptante sufra la exclusión prevista en el artículo 179, es posible una nueva adopción del adoptado.
[Este apartado ha sido redactado conforme a la Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (BOE núm. 157, de 02-07-2005, pp. 23632-23634]
[El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite, mediante providencia de 25 de octubre de 2005, el recurso de inconstitucionalidad núm. 6864-2005, promovido por más de cincuenta Diputados del Grupo Parlamentario Popular del Congreso de los Diputados contra la Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (BOE núm. 273, de 15-11-2005, p. 37313).]
Es decir; en España sólo se le reconoce la facultad de adoptar a los matrimonios legalmente constituidos.
Con que, blanco y en –Ana– botella; un “matrimonio” homosexual puede adoptar, pero una “unión civil” homosexual –o “pareja de hecho”, o cualquier otra figura legal que no sea un matrimonio– no puede adoptar. »
PD: Muchas gracias a los blogs "A ti, ¿qué te gusta?" y al citado "El porqué de una mosca encerrada en un bote", que me han ayudado infinitamente en la redacción de este post.
Me cuesta hacerme a la idea de que, después del 15M, después
de verse que el PP no explique sobre lo que pretende hacer (ni con el
matrimonio, ni con la crisis, ni con la Educación), después de que parezca que
tod@s estamos de acuerdo en que no nos gusta un bipartidismo, resulta que el PP
va a ganar. Y apuesto que por mayoría.
Ante esta situación, ¿qué se supone que debemos pensar? ¿Que existe esa mayoría
que cree en la varita mágica de Rajoy para acabar con la crisis? ¿Que existe
esa mayoría ultracatólica? ¿Que existe esa mayoría a favor de quitarnos el
derecho a matrimonio a gays y lesbianas? ¿Qué existe una mayoría que desea que
sus hijos estudien en colegios privados ya que se da por hecho que son mejores y que todos podemos permitírnoslos?
Pues no. Todo es por joder. Por joder al PSOE,
naturalmente. El gobierno lo hace mal, pues votamos a los otros. Y ya está. El
problema va a ser que, por joder a unos, nos joderemos todos.
Porque, claro, no han dicho nada en contra de los gays pero
mantienen el recurso de inconstitucionalidad; no han dicho nada, pero si no
podemos casarnos, no podemos adoptar; no hay dinero para educación, sanidad o
cultura pero sí para Fórmula 1, pagar estancia y comidas a todos los que vengan
a ver al Papa o construir aeropuertos sin permiso aéreo.
De todos modos, en mi gilipollez y mientras busco vuelos para emigrar, conservo la esperanza de algo pueda cambiar y os animo desde
aquí a votar a
los partidos minoritarios que con un empujoncito tendrían representación para
que, aunque gane el PP (y con él el bipartidismo), aparezcan en Congreso y
Senado un cierto número de personas que al menos cuestionen lo que se diga (también
conocidos como moscas cojoneras).
De acuerdo. Voy a tratar de no hablar de las Oposiciones de
Profesores de Secundaria, que penden de un hilo, por más que la Junta diga que
va a adelantar la convocatoria a enero para que el PP no pueda suprimirla. Voy
a centrarme en otra faceta de mi vida, en la que tenía pensado centrarme una
vez que consiguiera un trabajo digno: la de adoptar. Sí, porque quiero ser
padre y no puedo serlo de manera natural. Para ello me remito a lo que expone
magistralmente el blog: "El porqué de una mosca encerrada en un bote" [click]:
« El Pepé, lo sabrán, no quiere que los matrimonios
homosexuales se llamen matrimonios. Por lo visto están de acuerdo “salvo en una
cosha”, citando
al propio Rajoy: “el nombre”. Descubrir la patraña, no obstante, es tan
sencillo como echarle un ojo al Código Civil; en España, el derecho a la
adopción lo detentan los matrimonios de cualquier tipo y las parejas de hecho
heterosexuales. Las parejas de hecho homosexuales, no. Cuando éstas dejen de
llamarse “matrimonio”, perderán el derecho a la adopción. Y las personas y
personitas en situación de desamparo, por no decir jodidas, perderán su derecho
a ser adoptadas por una familia homoparental. A los metatrones peperos, no
obstante, se les olvida sistemáticamente mencionar este extremo, suponemos que
por la mala prensa y peor urna que tiene suprimir derechos adquiridos y porque
su idea es no es eliminarlo abiertamente, sino haciendo la tres catorce;
envolviéndolo en un debate artificial sobre la denominación de la figura legal
sin mencionar que lo que van a cambiar es el nombre, sí, pero también los
derechos que le van asociados. A falta de que algún periodista se lo explique
mejor porque hubiera buscado en el Código Civil las implicaciones legales del
cambio de nombre –documentarse, creo que se llama, y tengo entendido que es una
costumbre bastante implantada en el primer mundo–, se lo va a tener que
explicar un triste bloguero en paro que por no ser, no es ni periodista. Amanece,
ya saben. Que no es poco. Presten atención.
¿Cuestión de nombre? ¿Really?
En España, el derecho a la adopción se detrae principalmente
de dos fuentes; el Código Civil y la Ley 11/1997, de adopción.
En primer lugar, veamos el Código Civil, Libro I, Título IV, Capítulo II. Del matrimonio;
El hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio conforme a las disposiciones de este Código.
El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando
ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo.
[El segundo párrafo ha sido añadido por la Ley 13/2005,
de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a
contraer matrimonio (BOE núm. 157, de 02-07-2005, pp. 23632-23634)]
[El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite, mediante
providencia de 25 de octubre de 2005, el recurso de inconstitucionalidad
núm. 6864-2005, promovido por más de cincuenta Diputados del Grupo
Parlamentario Popular del Congreso de los Diputados contra la Ley 13/2005,
de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a
contraer matrimonio (BOE núm. 273, de 15-11-2005, p. 37313).]
Y hasta aquí nada nuevo. Como ven, el artículo vigente viene
apuntado al final, primero con el cambio de ley de 2005 de PSOE, Grupo Mixto,
Izquierda Verde, ERC, PNV, CC y después con el recurso de inconstitucionalidad
presentado por el PP a ese mismo cambio de ley, aún pendiente de resolución.
Código Civil, Libro I, Título VII, Capítulo V. De la adopción. Sección Segunda, Artículo 175:
1. La adopción requiere que el adoptante sea mayor de veinticinco años. En la adopción por amboscónyuges basta que uno de ellos haya alcanzado dicha edad. En todo caso, el adoptante habrá de tener, por lo menos, catorce años más que el adoptado. […]
4. Nadie puede ser adoptado por más de una persona, salvo que la adopción se realice conjunta o sucesivamente por ambos cónyuges. El matrimonio celebrado con posterioridad a la adopción permite al cónyuge la adopción de los hijos de su consorte. En caso de muerte del adoptante, o cuando el adoptante sufra la exclusión prevista en el artículo 179, es posible una nueva adopción del adoptado.
[Este apartado ha sido redactado conforme a la Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (BOE núm. 157, de 02-07-2005, pp. 23632-23634]
[El Tribunal Constitucional ha admitido a trámite, mediante providencia de 25 de octubre de 2005, el recurso de inconstitucionalidad núm. 6864-2005, promovido por más de cincuenta Diputados del Grupo Parlamentario Popular del Congreso de los Diputados contra la Ley 13/2005, de 1 de julio, por la que se modifica el Código Civil en materia de derecho a contraer matrimonio (BOE núm. 273, de 15-11-2005, p. 37313).]
Es decir; en España sólo se le reconoce la facultad de adoptar a los matrimonios legalmente constituidos.
¿Y las parejas de hecho, se preguntarán ustedes, no pueden
adoptar? Sí. Pero no lo pone en el Código Civil, sino que la excepción se
plantea en la Ley 11/1997
de adopción, concretamente en una frase de sus Disposiciones adicionales.
La ley dice exactamente:
Tercera [Disposición adicional]. Las referencias
de esta Ley a la capacidad de los cónyuges para adoptar simultáneamente a un
menor serán también aplicables al hombre y la mujer integrantes de
una pareja unida de forma permanente por relación de efectividad análoga a la
conyugal.
Y la conclusión es clara; En España pueden adoptar:
1. Los matrimonios.
2. Las parejas de hecho, pero constituidas por hombre y
mujer.
Con que, blanco y en –Ana– botella; un “matrimonio” homosexual puede adoptar, pero una “unión civil” homosexual –o “pareja de hecho”, o cualquier otra figura legal que no sea un matrimonio– no puede adoptar. »
Os dejo con un vídeo en la que aparece una recopilación de
personas que, a partir del 2012, podrán tener hijos mientras que a mí se me
prohibirá.
PD: Muchas gracias a los blogs "A ti, ¿qué te gusta?" y al citado "El porqué de una mosca encerrada en un bote", que me han ayudado infinitamente en la redacción de este post.
lunes, 14 de noviembre de 2011
Bulle
Debería estar durmiendo ahora, pero mi cabeza bulle. Mañana me espera otro día de estar sentado cortando, masticando y digiriendo información mientras miro el reloj. No estoy de humor como para meterme en la cama. Al menos no para hacer lo que debo hacer ahora, que es dormir. No penséis mal, no es eso... bueno, era eso hasta hace unas horas, en las que he sentido que no está bien concederle a nadie la potestad para ocasionarme frustración. Es complicado, es como si te preguntaran si te duele, dijeras que sí y luego tu interlocutor se riera y se burlara.
Tranquilidad, ni yo me entiendo. La frustración me hace decir cosas raras... bueno, escribirlas. Esa misma frustración me hace pensar esas "cosas raras" a las que me refiero, pero cuando ese sentimiento se junta con la madrugada debe salir por algún sitio, aunque sea por las yemas de los dedos.
Mi cabeza bulle.
Lo mejor sería acabar ya de enterrar este domingo. Y ya de paso, esperar que el lunes sea mejor. ¿Un lunes "mejor"? No puede haber nada más contradictorio. Aunque quizás sí, yo mismo en este instante.
Tranquilidad, ni yo me entiendo. La frustración me hace decir cosas raras... bueno, escribirlas. Esa misma frustración me hace pensar esas "cosas raras" a las que me refiero, pero cuando ese sentimiento se junta con la madrugada debe salir por algún sitio, aunque sea por las yemas de los dedos.
Mi cabeza bulle.
Lo mejor sería acabar ya de enterrar este domingo. Y ya de paso, esperar que el lunes sea mejor. ¿Un lunes "mejor"? No puede haber nada más contradictorio. Aunque quizás sí, yo mismo en este instante.
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