Antes de entrar en materia, sé que no he cumplido mi propósito de escribir semanalmente y lo siento. Prometo portarme bien a partir de ahora. En serio. Yeeep. Pero sí estoy dibujando, así que puedo decir que estoy cumpliendo parte de la promesa. Quien no se consuela es porque no quiere.

Cuando ya comenzaba a pensar que estaba peor de lo que creía, le pregunté a los españoles que conozco aquí si habían notado lo mismo y SÍ. Y parece que el tema es generalizado, señores. “Aprender un idioma nuevo es obtener una alma nueva”, reza
un proverbio checo o como dice Karl Albretch, “cambia de idioma, cambia tus
pensamientos”, son sin duda la respuesta al cambio de personalidad que adoptamos
cuando hablamos en otro lenguaje.
Y ahora, un poco de copy-paste (no penséis "vaya vago", sino "qué muchacho más honrado y atractivo"):
"A
esta conclusión han llegado científicos americanos que estudiaron el
comportamiento de mujeres bilingües. Estas mujeres se habían criado en inglés y
español. Conocían ambos idiomas y ambas culturas igualmente bien. A pesar de
esto, o quizá por eso mismo, su comportamiento dependía del idioma. Cuando
hablaban español se mostraban más seguras. También se sentían bien cuando a su
alrededor se hablaba español. Pero cuando tuvieron que hablar inglés, su
comportamiento cambió. Se mostraron entonces un poco menos confiadas y a menudo
también inseguras. Los científicos se dieron cuenta de que las mujeres parecían
más aisladas. El idioma que hablamos, por tanto, condiciona nuestro
comportamiento. Los investigadores no saben por qué sucede esto. Probablemente
nos orientemos en función de las normas culturales. Al hablar, pensamos en la
cultura que engloba un determinado idioma. Esto ocurre de forma mecánica. En
otras palabras: intentamos adaptarnos a esa misma cultura. Así que nos
comportamos como suele ser habitual en cada cultura. Los nativos chinos siempre
son muy reservados en los experimentos. Pero cuando hablan inglés se muestran
más abiertos. Tal vez modifiquemos nuestro comportamiento para integrarnos
mejor. Queremos ser, en definitiva, como aquellos con los que nos comunicamos…" © Copyright Goethe-Verlag GmbH 2013. All rights reserved.
Y ahora voy a describiros como es mi personalidad inglesa, "anglopersonalidad", "cara B" o mis cojones. Voy a hablar de ella (él) en tercera persona, porque soy así de estupendo y porque siempre parece más sencillo describir a otra persona que describirse uno mismo, ¿verdad?. Y por no hablar de que la primera persona del singular es como la autocompasión: cansa. ¿Qué ha sido eso? Ah, sí, un ataque de genialidad: acabo de decidir que mi personalidad inglesa se va a llamar como mi antigua jefa que en paz descanse (besis, mona) pronunciaba mi nombre: Jectah [sic]
Jectah sonríe mucho. Y abre mucho los ojos cuando le hablan. Le gusta asentir mientras su interlocutor habla, para darle "feedback" positivo y hacer ver que entiende absolutamente todo lo que le dicen, juegos de palabras y sarcasmos incluidos. Porque Jectah es una persona que escucha, que prefiere hablar poco. Le gusta tanto escuchar que a veces parece que lee los labios a la vez. De hecho, suele alimentar el fuego que es la verborrea ajena con leños en forma de "really?", para así enfatizar que participa en la conversación. Porque Jectah suele tener la sensación de que la gente quiere hablar, hablar y hablar y que solo necesita algo de público para los monólogos.

Jectah no tiene buena voz pero canturrea. O a veces solo tararea mientras realiza su trabajo. La gente piensa que Jectah es tremendamente feliz y optimista, con su sonrisa perenne y su canturreo. ¿Cómo no habría de ser feliz, en esta ciudad maravillosa que tantas oportunidades le brinda? Supongo que la gente que le rodea no tiene en cuenta que por más museos, parques verdes y eventos culturales que haya, Jectah está solo en esta isla. ¿Pero quién va a imaginarse eso? ¿Alguien le ha preguntado cómo se siente, más allá del "how are you?" de por las mañanas, que no pasa de ser una pregunta retórica? De todas maneras, Jectah solo dice cosas positivas de todo y de todos. Nunca lo oirás quejarse (para eso ya estoy yo).
Jectah pide perdón por todo. Estornuda y pide perdón. Tose y pide perdón. Habla alto y pide perdón. Tiene una pregunta y pide perdón antes de interrumpir a su interlocutor para formularla. "Sorry". Eso es síntoma de que está muy bien educado. No hay nada más desagradable que una persona que llama la atención y no pide perdón en esta cultura. A Jectah le pisan el pie en el metro y "se sorriza".

¿Os gusta Jectah? Tiene sus días, como todos, pero no es mala gente. A mí me parece un poco hueco, una vaina medio vacía. Creo que en el fondo espera ser temporal, desea no perdurar. ¡Pero no creo que sea ni mejor ni peor que yo!
Espero vuestros comentarios y opiniones, que me dan la vida 2.0
¡Feliz semana, darlings!