martes, 29 de junio de 2010

Cangrejeando


No voy a hablar de nada serio, así que si queréis, podéis dejar de leer a partir de aquí.

Hacer cosas solo podía resultar aterrador en cierto modo, cuando era adolescente. Cuando era un niño, no importaba estar horas y horas jugando solo con mis cochecitos, mis Lego, o dibujando. Pero esa "entrega a uno mismo", esa indiferencia hacia el exterior, es algo que perdí en la adolescencia, como creo que la mayoría.

Una vez pasada esa etapa de capullo (por crisálida y más cosas), uno parece volver a sentirse cómodo con esos pequeños ratitos de soledad buscada (que no impuesta). En verano se me hace muy patente una de las aficiones que me gusta hacer solo, aunque también la disfruto en compañía: ir a la playa.

Puedo estar horas, como buen cangrejo, tirado en la arena. Boca arriba, mirando las nubes, el cielo, las gaviotas-pterodáctilo de mi pueblo; boca abajo, leyendo, o escuchando los latidos de mi corazón en mi oreja contra la toalla, o mirando los pequeños minidesprendimientos en las pequeñas "dunas" que se forman por las pisadas. Mirando a la gente, concentrándome en el sonido de las olas, poniendo el pie en la arena caliente hasta que se acostumbra o tengo que levantarlo de repente, achicharrado...

Y no hablemos del agua en sí. Cuando estoy en el agua, necesito estar casi permanentemente con la cabeza sumergida (mis otitis que me he buscado yo solito), abro los ojos (me pican, es un picor incluso agradable), entierro mis manos en la arena del fondo a modo de anclas-pinza. Y quedarme en horizontal, panza abajo, bajo la superficie, con brazos y piernas extendidos mirando al fondo, a la oscuridad, escuchando. Los días ideales para hacer esto último son los de Poniente en mi pueblo, con el agua cristalina, como un plato, helada (a veces duele la cabeza, pero es un dolor soportable), mirando los peces (las "lisas mojoneras", las "viejas", etc.).

Cuando voy solo, me gusta llevarme un libro, como habéis visto en el 4º párrafo (cuando digo "leyendo", me refería a un libro, no a la etiqueta del protector solar -que también-), y para leerlo con calma, me gusta irme a playas apartadas o a playas más cercanas a horas menos "cotizadas". Es maravilloso tener tantos kms de playa, que jamás se satura tanto como sus homólogas de la Costa del Sol, y poder elegir, y sentirte solo, y contar los barcos que sueltan la mierda en el Estrecho.

Antes escuchaba música en la playa, pero ahora definitivamente prefiero escuchar los sonidos del propio lugar, aunque suene a topicazo. Y por los "sonidos del propio lugar" (SDPL, como diría Wallace) no sólo me refiero al mar, al viento, las gaviotas; sino también las marujas que dan voces (tb les gusta irse a playas apartadas a gritar a sus niños: una única familia de ese tipo -iba a decir "calaña", pero me ha sonado cruel- como única compañía en una playa solitaria te puede reventar el clímax) a sus retoños asalvajados que la naturaleza se encarga de cuidar durante las vacaciones, ya que las escuelas cierran para que los maestros puedan desintoxicarse psicológicamente. Pero hasta eso puede llegar a ser entretenido, de hecho me lo parece, y me rio sólo en plan "psicopático", ante la indiferencia de la mamá gallina y su estirpe.

Y vuelves a casa relajadito, tranquilo, con el libro bastante avanzado cuando lo devuelves a la mesita de noche.

Y hoy, además, me ha dado por contarlo aquí.

7 comentarios:

DavidBorrallo dijo...

Ay hijo, tu plan me parece de lo más aburrido, ya sabes porqué.

Me has tenido allí y hemos visto más playa, arquitectura, paisaje y restaurantes asiáticos en 1 día y medio que en un mes.

Ya sabes que para todo, yo soy muy "extreme", desde la práctica del turismo hasta la perversión, con todos los campos intermedios que ello conyeva.

Yo no sé apreciar la tranquilidad continuada. Sólo quiero 1 hora como mucho de tranquilidad y lo demás vorágine, aunque si viviese en Cádiz estaría seducido por los mismos motivos que tú, pero como vivo en el CRISOL DE CIVILIZACIONES y tengo que patearme by car el Aljarafe diariamente, no me queda otra que ir con prisas de aquí xa allá.

Yo al menos he conocido (un ratico) el estar contigo en aquella playa escuchando a la chusma, aunque me pareció que aunque hicimos lo mismo, en Atlanterra todo era mejor, la gente era mejor persona, y la vida más vida, porque todos sabemos que cuando eres rico eres mejor persona.

Me despido con un abrazo bearfriendly y espero que a la próxima maruja que grite le tires una pastilla de fuego ardiendo en nombre de la naturaleza.

Ocnebius dijo...

Muchas gracias por tu extenso y acertado comentario, maifren.
Sólo he de decirte que hay que ser VERSÁTIL en esta vida, en todos los aspectos (algo muy apreciado en según qué círculos outsider): no creo que haya que estar todo el día de turismo extremo, ni todo el día tumbado mirando al horizonte. Además acabaríamos diciendo lo de "it's boring" con una leve caida de párpados. Te reconozco que yo tiendo más hacia la tranquilidad (en algunos ámbitos ;)), será por eso por lo que nos complementamos tan bien, fren.
Abrazotes!

Srta. Freud dijo...

Leer en tu nueva blog-plantilla me provoca una post-imagen negra y blanca curiosamente duradera, pero a pesar de todo decirte que disfrutes de esos momentos que solo se pueden tener en los meses veraniegos donde no hay q sufrir los levantes extremos ni las lluvias torrenciales. :D kss

trianeroforever dijo...

ain que envidia, con lo que me gusta a mi eso, y a mi chico ni te cuento, que el quiere la playa para el solo.

Y yo aguantando aqui en Sevilla los 40º que hacen...

Pero mira, te voy a dar envidia, que el dia 13 me voy a Asturias a visitar a mi amigo dani, jeje.

1 beso

Anónimo dijo...

La playa puede ser un magnífico lugar: sol, mar, escuchar el romper de las olas... una experiencia muy agradable. A mi lo que me jode es cuando todos los chulos y bajunas de playa vienen casi al cierre a darme por saco y luego me tengo que quedar hasta las tantas (hoy no he podido ver el gol de España por que 10 min. antes de cerrar a un mamón se le ha antojado un ordenador, ¡anda y vete a Media Markt!)

Santi dijo...

Casi me ha salido vello al leerte; muy físico el texto :) jjajja Siiips, yo tampoco llevo naíta de musiquita cuando voy... a ningún sitio en realidad; prefiero estar ahí, también sonoramente... auditivamente porque... pues tampoco sé pero así es.

Recuerdo una frase dicha a una mano que desde la barca acariciaba el mar; "si supieras lo que hay debajo no pondrías la mano"; me parece un tanto espeluznante, si miro desde tu perspetiva, el fondo oscuro jajaja, me mola mas si mirase desde abajo, o desde arriba; como en un videojuego donde ves de aquí a la luna de modo que se te ve a ti, se ve el cielo detrás, las nubes, las gaviotas perodáctilo jajaa; incluso alguna cigueña chiflá que vuelve a su nidazo con otra ramita jajajjaa Un avión que va o viene; un satélite, un asteroide... es curioso como tenemos las tejas limitadas por el imaginario televisivo; me refiero que antes cuando pensaban en fantasmas veían sábanas agureadas; luego lluvia de televisisor; ahora zombies... en fins

Besos de no sé onde se ha ido el burrito, el cangrejo y el pez hummmm

Santi dijo...

Han vuelto; pero por la noche no estaban :O, jummmmm, ¿un trío? Investigaré

besos

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