lunes, 14 de octubre de 2013

Jectah

Antes de entrar en materia, sé que no he cumplido mi propósito de escribir semanalmente y lo siento. Prometo portarme bien a partir de ahora. En serio. Yeeep. Pero sí estoy dibujando, así que puedo decir que estoy cumpliendo parte de la promesa. Quien no se consuela es porque no quiere.

Desde que llegué a Inglaterra y me vi obligado a hablar inglés para sobrevivir en una tierra que no es la mía, rodeado de costumbres extrañas y personajes dispares, hay una idea que me ronda la cabeza. Allá va: yo no soy yo en inglés. Me explico. Creo que mi "versión inglesa", angloparlante es diferente de mi versión original, mi "versión española" (saludos a Cayetana Guillén Cuervo). O lo que es lo mismo, tengo una personalidad inglesa y otra española, según el idioma que utilice.

Cuando ya comenzaba a pensar que estaba peor de lo que creía, le pregunté a los españoles que conozco aquí si habían notado lo mismo y SÍ. Y parece que el tema es generalizado, señores. “Aprender un idioma nuevo es obtener una alma nueva”, reza un proverbio checo o como dice Karl Albretch, “cambia de idioma, cambia tus pensamientos”, son sin duda la respuesta al cambio de personalidad que adoptamos cuando hablamos en otro lenguaje.

Y ahora, un poco de copy-paste (no penséis "vaya vago", sino "qué muchacho más honrado y atractivo"):

"A esta conclusión han llegado científicos americanos que estudiaron el comportamiento de mujeres bilingües. Estas mujeres se habían criado en inglés y español. Conocían ambos idiomas y ambas culturas igualmente bien. A pesar de esto, o quizá por eso mismo, su comportamiento dependía del idioma. Cuando hablaban español se mostraban más seguras. También se sentían bien cuando a su alrededor se hablaba español. Pero cuando tuvieron que hablar inglés, su comportamiento cambió. Se mostraron entonces un poco menos confiadas y a menudo también inseguras. Los científicos se dieron cuenta de que las mujeres parecían más aisladas. El idioma que hablamos, por tanto, condiciona nuestro comportamiento. Los investigadores no saben por qué sucede esto. Probablemente nos orientemos en función de las normas culturales. Al hablar, pensamos en la cultura que engloba un determinado idioma. Esto ocurre de forma mecánica. En otras palabras: intentamos adaptarnos a esa misma cultura. Así que nos comportamos como suele ser habitual en cada cultura. Los nativos chinos siempre son muy reservados en los experimentos. Pero cuando hablan inglés se muestran más abiertos. Tal vez modifiquemos nuestro comportamiento para integrarnos mejor. Queremos ser, en definitiva, como aquellos con los que nos comunicamos…" © Copyright Goethe-Verlag GmbH 2013. All rights reserved.

Y ahora voy a describiros como es mi personalidad inglesa, "anglopersonalidad", "cara B" o mis cojones. Voy a hablar de ella (él) en tercera persona, porque soy así de estupendo y porque siempre parece más sencillo describir a otra persona que describirse uno mismo, ¿verdad?. Y por no hablar de que la primera persona del singular es como la autocompasión: cansa. ¿Qué ha sido eso? Ah, sí, un ataque de genialidad: acabo de decidir que mi personalidad inglesa se va a llamar como mi antigua jefa que en paz descanse (besis, mona) pronunciaba mi nombre: Jectah [sic]

Jectah sonríe mucho. Y abre mucho los ojos cuando le hablan. Le gusta asentir mientras su interlocutor habla, para darle "feedback" positivo y hacer ver que entiende absolutamente todo lo que le dicen, juegos de palabras y sarcasmos incluidos. Porque Jectah es una persona que escucha, que prefiere hablar poco. Le gusta tanto escuchar que a veces parece que lee los labios a la vez. De hecho, suele alimentar el fuego que es la verborrea ajena con leños en forma de "really?", para así enfatizar que participa en la conversación. Porque Jectah suele tener la sensación de que la gente quiere hablar, hablar y hablar y que solo necesita algo de público para los monólogos.

Su sonrisa se vuelve una alegre carcajada ante el mínimo chascarrillo ajeno. A veces no le pilla la gracia, pero "donde fueres haz lo que vieres". Jectah quiere encajar ante todo. Cuando Jectah habla, no siempre va al grano. A veces duda y da vueltas hasta que cree que por fin a explicado lo que le ronda la cabecitazota. En eso nos parecemos, aunque él no utiliza juegos de palabras ni se deja llevar por la ironía. Eso no quiere decir que sea franco, no. A veces es sibilino y suaviza mucho lo que dice, desde que una vez lo calificaron de "agresivo" por hablar sin tapujos y exigir respuestas claras, aunque a veces éstas fueran tan sencillas como un sí o un no.

Jectah no tiene buena voz pero canturrea. O a veces solo tararea mientras realiza su trabajo. La gente piensa que Jectah es tremendamente feliz y optimista, con su sonrisa perenne y su canturreo. ¿Cómo no habría de ser feliz, en esta ciudad maravillosa que tantas oportunidades le brinda? Supongo que la gente que le rodea no tiene en cuenta que por más museos, parques verdes y eventos culturales que haya, Jectah está solo en esta isla. ¿Pero quién va a imaginarse eso? ¿Alguien le ha preguntado cómo se siente, más allá del "how are you?" de por las mañanas, que no pasa de ser una pregunta retórica? De todas maneras, Jectah solo dice cosas positivas de todo y de todos. Nunca lo oirás quejarse (para eso ya estoy yo).

Jectah pide perdón por todo. Estornuda y pide perdón. Tose y pide perdón. Habla alto y pide perdón. Tiene una pregunta y pide perdón antes de interrumpir a su interlocutor para formularla. "Sorry". Eso es síntoma de que está muy bien educado. No hay nada más desagradable que una persona que llama la atención y no pide perdón en esta cultura. A Jectah le pisan el pie en el metro y "se sorriza".

Alegre pero tímido, vivaz pero distante, está ahí siempre pero pocos le conocen porque no habla de él, gran oyente. Algunos piensan que está un poco sordo, porque de vez en cuando se le enturbian los ojos y dice su consabido "sorry" antes de pedirle a su interlocutor que repita.

¿Os gusta Jectah? Tiene sus días, como todos, pero no es mala gente. A mí me parece un poco hueco, una vaina medio vacía. Creo que en el fondo espera ser temporal, desea no perdurar. ¡Pero no creo que sea ni mejor ni peor que yo!

Espero vuestros comentarios y opiniones, que me dan la vida 2.0

¡Feliz semana, darlings!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Es una buena oportunidad para empezar desde cero siendo la persona que realmente quieres ser, pero que antes no te atrevías a ser.

Anónimo dijo...

Pues amiguito, no eres al único que le pasa, y te lo digo por mi experiencia con otros idiomas. En serio que te sientes como si no fueras tú, e incluso a veces te da miedo porque tienes la sensación de que vas a perder tu esencia. Ya no solo porque te cambia el tono de voz (me tenías que escuchar hablando portugués), sino por la forma de pensar, de las costumbres completamente diferentes a las tuyas... no sé, te sientes "raro". De todas formas no hay que preocuparse, tan solo aceptarlo (yo a este paso creo que voy a formar familia numerosa), y haces bien en acoger a Jectah durante el tiempo que permanezcas en tierras inglesas, más que nada porque te va a ayudar en la convivencia con tu "nueva gente". Luego si eso le dejas allí cuando regreses, que no hace falta que te lo traigas, jajajaja, pero hasta entonces hazte amiguete de él, que eso se te da muy bien.

Un abrazo!!

Gary Rivera dijo...

Caray pobre, personalmente pide “disculpas”o permiso solo cuando es necesario, es que aquí en Peru si no pasas encima del otro no avanzas (si , ya se! Es horrible) . Cuando estaba en primaria estudie un semestre en un colegio de extranjeros, una colonia americana al sur de Arequipa, y solo hablaban ingles, a mi madre no se le ocurrió mejor idea que meterme ahí para que practique, claro que no me gusto! Pero aprendi ingles rapidísimo. Mi primo vive años en estados unidos y un dia me comento esto, Gary el español yo llevo dentro, cuando sueño, sueño en español y sin subtitulos, hago el amor pensando en español!

Srta. Freud dijo...

Eres el Hanna Montanna de /yiukey/ !!!!!!

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