domingo, 15 de agosto de 2010

CuadeNNo de Bitácora (III)

Os advierto, antes de que empecéis a leer, aunque sea diagonalmente como Fraga, que estoy muy CRISPADO :)

Seguimos en la Isla Amable, cómo no. Por ahora, lo que tengo seguro es que es una isla.

  1. Me estoy encontrando con gente de lo más informal aquí. No quiero decir que todo el mundo tenga que serlo, no voy a caer en el trillado error de la generalización fácil. No. Creo que es suerte, nada más.
    • "Voy a ver el piso mañana a las (insertar hora)". Y no aparece. Y no da explicaciones. Se lo traga la tierra.
    • "Pasaré a la (insertar hora intempestiva) para que me des eso que necesito para continuar mi trabajo en mi taller", dice el currito. Me movilizo. No viene. No hay explicaciones.
    • "Pasaremos a llevarle las 2 bombonas tipo "A" a cambio de la tipo "B" que tiene usted vacía -las "A" son más pequeñas- mañana de 9:00 a.m. a 14:00 p.m." (sic). Cuando el butanero aparece, trae una bombona tipo "B" pensando que yo iba a entregarle dos del tipo "A".
    • "La guagua sale a las (insertar hora de nuevo)" "Pues en el panel informativo de leds gigante pone que sale a (otra hora diferente de la anterior)" "El cartel está mal, lleva toda la vida mal" "¿Y por qué no lo quitan o lo modifican?""En teoría hay alguien que se ocupa de eso, pero no hace su trabajo". Ahí es cuando en mi mente saco la recortada y doy comienzo a un festin gore de vísceras y miembros cercenados tipo "Kick Ass".
  2. Estoy agotado de subir cuestas cargado con la compra. Hay cuestas obscenamente empinadas que parece que sólo yo percibo como tales. Me imagino a los urbanistas diciendo "¿Y por qué no colonizamos ese cerro para poner ahí algo vitalmente necesario? Y ya de paso podemos colocar un supermercado en el fondo de ese barranco". Sí amigos, porque aquí hay barrancos que cruzan la ciudad. Barrancos bonitos, desde luego, de eso no cabe duda.
  3. Echo de menos mi casa, mi familia, la gente que aún me quiere y que aún dice que se acuerda de mí.
  4. Mañana debo quedarme yo sólo dirigiendo a una cuadrilla de curritos que han demostrado ser informales y chapuceros. Para eso estudié, dirás. No me lo vendieron así, pero es verdad.
  5. La lavadora no lava, sólo moja la ropa y la devuelve empapada (el centrifugado es una falacia) y más sucia.
  6. Esta Isla es divertida, hay muchas cosas que hacer, muchos sitios que visitar y muchas fiestas en las que coger un buen coma etílico bailar. Voto por llamarla la Isla Divertida en vez de la Isla Amable.
  7. El gimnasio al que voy es el Palacio de los Espejos. Puedes observar a cualquiera, y ser observado por cualquiera, estudiando los diferentes ángulos de reflexión. En el gimnasio y en esta ciudad hay mucho musculito, morenito y con pelo pincho, muchos de ellos atractivos y todo, oiga. Todos se suben la camiseta (en la calle y en el gimnasio) para comprobar que sus abdominales siguen ahí o que están en proceso de emerger. Fui a una clase de step dada por una loca macho que se puso muy chulito conmigo. Mi mirada de asco y una respuesta punzante hicieron que no volviera a dirigirse a mí. He hecho un amiguito nuevo. Hurra!
  8. Parece ser que se confirma lo leído en el librito "La Psicología del Hombre Canario". La naturaleza de las personas de aquí es tremendamente desconfiada hacia todo/todos los que vengan de fuera. Una lástima, porque de fuera también pueden venir cosas buenas. Pero oye, si uno crea una coraza impermeable a lo malo que pueda ocurrirle, ¿no es un precio muy barato el perderse cosas buenas? Mis fuentes fidedignas así lo demuestran. Puedes incluso, saludar a alguien al que ves todos los días a la misma hora en el mismo sitio (casi, vaya, no soy tan cuadriculado aún): esa persona te mirará aterrada pensando en que: 
    1. quieres matarla.
    2. quieres violarla.
    3. quieres engañarla.
    4. estás loco/enfermo.
    5. Seguro que no todo el mundo aquí es así, vuelvo a insistir, pero es lo que me he encontrado las ya muchas veces que he venido, y en esta larga visita estoy confirmado enfermizamente.
Me diréis "Pos vete dallí y deja de criticar, so mamón". No depende de mí. Y si escupo tanta bilis es porque me siento triste, desilusionado y abiertamente infravalorado por ciertas personas. Esta isla es maravillosa, de verdad, puede ser un sitio genial en el que vivir, supongo. Pero mi apreciación es MI apreciación y aquí es de los pocos lugares donde me atrevo a decir casi lo que me da la gana. Prometo volver algún día en plan turista de verdad, para irme al Sur a un hotel de lujo y estar todo el día bebiendo mojitos, semiinconsciente y tirado en la playa sin saber a qué día estoy, sin tener que madrugar, sin tener que hacer albañilería, sin tener que hacer de comer, lavar, etc, etc.

Abrazos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Tú si que vales para fomentar el Turismo en la Isla Divertida (o Isla Aplatanada... por que hay muchos plátanos, no?)


Un Saludo.

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