Seguimos en la Isla Amable, cómo no. Por ahora, lo que tengo seguro es que es una isla.
- Me estoy encontrando con gente de lo más informal aquí. No quiero decir que todo el mundo tenga que serlo, no voy a caer en el trillado error de la generalización fácil. No. Creo que es suerte, nada más.
- "Voy a ver el piso mañana a las (insertar hora)". Y no aparece. Y no da explicaciones. Se lo traga la tierra.
- "Pasaré a la (insertar hora intempestiva) para que me des eso que necesito para continuar mi trabajo en mi taller", dice el currito. Me movilizo. No viene. No hay explicaciones.
- "Pasaremos a llevarle las 2 bombonas tipo "A" a cambio de la tipo "B" que tiene usted vacía -las "A" son más pequeñas- mañana de 9:00 a.m. a 14:00 p.m." (sic). Cuando el butanero aparece, trae una bombona tipo "B" pensando que yo iba a entregarle dos del tipo "A".
- "La guagua sale a las (insertar hora de nuevo)" "Pues en el panel informativo de leds gigante pone que sale a (otra hora diferente de la anterior)" "El cartel está mal, lleva toda la vida mal" "¿Y por qué no lo quitan o lo modifican?""En teoría hay alguien que se ocupa de eso, pero no hace su trabajo". Ahí es cuando en mi mente saco la recortada y doy comienzo a un festin gore de vísceras y miembros cercenados tipo "Kick Ass".
- Estoy agotado de subir cuestas cargado con la compra. Hay cuestas obscenamente empinadas que parece que sólo yo percibo como tales. Me imagino a los urbanistas diciendo "¿Y por qué no colonizamos ese cerro para poner ahí algo vitalmente necesario? Y ya de paso podemos colocar un supermercado en el fondo de ese barranco". Sí amigos, porque aquí hay barrancos que cruzan la ciudad. Barrancos bonitos, desde luego, de eso no cabe duda.
- Echo de menos mi casa, mi familia, la gente que aún me quiere y que aún
dice quese acuerda de mí. - Mañana debo quedarme yo sólo dirigiendo a una cuadrilla de curritos que han demostrado ser informales y chapuceros. Para eso estudié, dirás. No me lo vendieron así, pero es verdad.
- La lavadora no lava, sólo moja la ropa y la devuelve empapada (el centrifugado es una falacia) y más sucia.
- Esta Isla es divertida, hay muchas cosas que hacer, muchos sitios que visitar y muchas fiestas en las que
coger un buen coma etílicobailar. Voto por llamarla la Isla Divertida en vez de la Isla Amable. - El gimnasio al que voy es el Palacio de los Espejos. Puedes observar a cualquiera, y ser observado por cualquiera, estudiando los diferentes ángulos de reflexión. En el gimnasio y en esta ciudad hay mucho musculito, morenito y con pelo pincho, muchos de ellos atractivos y todo, oiga. Todos se suben la camiseta (en la calle y en el gimnasio) para comprobar que sus abdominales siguen ahí o que están en proceso de emerger. Fui a una clase de step dada por una loca macho que se puso muy chulito conmigo. Mi mirada de asco y una respuesta punzante hicieron que no volviera a dirigirse a mí. He hecho un amiguito nuevo. Hurra!
- Parece ser que se confirma lo leído en el librito "La Psicología del Hombre Canario". La naturaleza de las personas de aquí es tremendamente desconfiada hacia todo/todos los que vengan de fuera. Una lástima, porque de fuera también pueden venir cosas buenas. Pero oye, si uno crea una coraza impermeable a lo malo que pueda ocurrirle, ¿no es un precio muy barato el perderse cosas buenas? Mis fuentes fidedignas así lo demuestran. Puedes incluso, saludar a alguien al que ves todos los días a la misma hora en el mismo sitio (casi, vaya, no soy tan cuadriculado aún): esa persona te mirará aterrada pensando en que:
- quieres matarla.
- quieres violarla.
- quieres engañarla.
- estás loco/enfermo.
- Seguro que no todo el mundo aquí es así, vuelvo a insistir, pero es lo que me he encontrado las ya muchas veces que he venido, y en esta larga visita estoy confirmado enfermizamente.
Abrazos.
1 comentario:
Tú si que vales para fomentar el Turismo en la Isla Divertida (o Isla Aplatanada... por que hay muchos plátanos, no?)
Un Saludo.
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